¿Nos preocupa?

Según el escenario político nacional y el que todavía no sabemos, europeo, autonómico y local, evidentemente habrán cambios de política económicas, fiscales, laborales, cuestiones que más nos incumben a los de la profesión.

No hablemos del ya en breve “fichaje de horarios”, veremos cómo se gestiona sin que genere un retroceso de lo alcanzado con los nuevos y eficientes conceptos de flexibilidad horaria, trabajo por objetivos, que desde muy poco hemos conseguido aprender de nuestros países modelo en estas técnicas.

Pero bien, en un contexto de déficit, deuda pública en niveles todavía preocupantes y con crecimiento más débil, sólo esperamos que nada de lo que se decida empeore la renta per cápita y el empleo. No es tarea fácil como puedan querer hacer ver algunos. Y menos cuando, reclamamos mejora en la sanidad, dependencia, seguridad, etc.

En fiscalidad, se prevén ajustes en impuestos que nos preocupan cómo, Patrimonio, Sucesiones, Donaciones, dependerá de los nuevos dirigentes autonómicos principalmente, o IBI, Plusvalías, IAEs, municipales. Incentivos fiscales para investigación, tecnología, medio ambiente, infraestructuras, etc.

Respecto a los impuestos de mayor calado, como IRPF y Sociedades, quizá simplificar, evitar anticipos, retenciones, entregas a cuenta, no correlacionados con la realidad económica puntual de cada empresa, autónomo, contribuyente, sería de mucho interés.

Reducir al mínimo situaciones litigiosas con normas de difícil reinterpretación. Que evitarían pérdidas de tiempo y desembolsos económicos de importancia que a veces sólo unos pueden costearlos.

Y todo ello sin olvidar que nuestros jóvenes, bien preparados en España, dan sus frutos en otros países. Porque no hay tejido empresarial suficiente, con proyectos de calidad, con retribuciones competitivas, que mejore el equilibrio trabajo-bienestar, en este caso, de los que han sacrificado a veces su juventud para su formación y futuro. Los inversores internos y externos, todavía no ven España como en las primeras líneas del ranking de países rentables, sin su capital y sólo con el estatal, se hace menos cercana la generación de excedentes que redunden en la mejora del Estado de Bienestar. Sin olvidar que el dinero una vez cubre las necesidades básicas ya no es el imput más valorado para alcanzar la satisfacción y disfrute de todo lo que la vida nos aporta.

¿Nos preocupamos?

 

Gabi Martínez

Gabi Martínez

Martínez Abad Consultores

Economista – Miembro Grupo ACE
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