INTERVENCIÓN DE KIKO
ARGÜELLO (28 Junio 2002)
Estamos contentísimos de que después de todo el trabajo de estos años se haya podido llegar a la aprobación del Estatuto. Por eso no podemos más que agradecer en primer lugar al Santo Padre que ha querido en primera persona esta aprobación; en segundo lugar le damos las gracias al su Eminencia el Cardenal Stafford que se ha portado siempre como un padre para nosotros. Gracias también a Mons. Rylko que ha tenido la paciencia de soportar nuestros pecados y que nos ha dado verdadero testimonio cristiano. Gracias también al Subsecretario, Avv. Guzmán Karrequiry y al canonista, Padre Miguel Delgado, que con tanto amor nos han acompañado en la elaboración de este Statuto. En el primer encuentro que Juan Pablo II tuvo con nosotros en Castelgandolfo, el 5 de septiembre de 1979, estábamos presenteses Carmen, el padre Mario y yo, tras la eucaristía el papa me dijo uqe durante la celebración había visto ante él: ateismo- bautismo- catecumenado. En aquel momento no entendí bien lo que quería decir puesto que no entendía porqué anteponía el bautismo al catecumenado. El catecumenado en la tradición de la Iglesia es para aquellos que se preparan para recibir el bautismo. Hoy, tras 23 años, ante este estatuto que el papa ha querido, insistiendo personalmente para que fuera aprobado, estas palabras adquieren su sentido verdadero . La clave nos la ha dado aquello que el papa dijo en una parroquia de Roma, hablando a las Comunidades Neocatecumenales: "Yo veo así la génesis del neocatecumenado , uno, no sé si Kiko u otros, se ha preguntado ¿de donde venía la fuerza de la Iglesia primitiva y de donde viene la debilidad de la Iglesia de hoy, mucho más numerosa? Y creo que he encontrado la respuesta en el catecumenado, en este camino". ¿Qué nos ha querido decir el papa cuando afirmaba que había visto ante sí: ateismo-bautismo-catecumenado? Pienso que tras la experiencia del ateísmo que él tuvo en Polonia, él que es un filósofo enraizado en la fenomenología de Husserl, ha querido decir que para responder a la fuerza del ateísmo moderno y a la secularización, los cristianos bautizados tienen necesidad de un catecumenado como el que tenía la Iglesia primitiva; un catecumenado postbautismal. Esta es la base de la aprobación del Estatuto del Camino Neocatecumenal, no como asociación, sino como un catecumenado postbautismal, como una iniciación cristiana, un instrumento que la Santa Sede ofrece a los obispos para que se pueda reforzar el bautismo de los cristianos en respuesta al ateísmo moderno. Él, un hombre moderno que sufre viendo la sociedad marcada por la destrucción de la familia; en el VI Simposio de Obispos Europeos del año 1985, tras haber hecho un sero análisis de la secularización actual que destruye las raíces de la fe, dijo: "El Espíritu Santo ha respondido ya a esta situación, debemos ir allí donde el Espíritu Santo está actuando, donde está dando señas de vida, debemos tener el valor de abandonar nuestros esquemas atrofiados y acoger las nuevas realidades que el Espíritu Santo está suscitando... Jurídicamente la iniciación cristiana entronca con el episcopado, así el canon 788 del Código de Derecho Canónico dice que corresponde a las Conferencias Episcopales la elaboración de estatutos que regulen la iniciación cristiana. Hoy casi todas las conferencias episcopales están hablando de la necesidad de una iniciación cristiana postbautismal y encuentran muchas dificultades para realizarla. Con este estatuto, el papa con mucha valentía ofrece a los obispos y a las conferencias episcopales un modo de iniciación y de catecumenado postbautismal avalado por más de treinta años de camino llenos de frutos. No podemos dejar de agradecer a la Santa Virgen Maria que ha inspirado este camino, haciéndonos hacer comunidades como la Santa Familia de Nazaret, que vivan in humildad, sencillez y alabanza, donde el otro es Cristo. He aquí el paso de la pastoral de la cristiandad, podríamos decir, del templo, a la pastoral de la comunidad, como cuerpo de Cristo resucitado. Durante tres siglos la Iglesia primitiva tuvo un catecumenado serio, donde, antes de recibir el bautismo, los catecúmenos debían demostrar que tenían fe, que tenían dentro de sí la vida eterna porque hacían obras de vida, obras que demostraban que en ellos habitaba Cristo resucitado, que habían recibido la gracia de la naturaleza divina a través del Espíritu Santo. Y el bautismo era la gestación de una nueva creación donde la síntesis del anuncio del kerigma, la buena noticia, el cambio de la vida moral y la liturgia estaban unidos. Estos cristianos eran insertados en comunidades vivas, no tenían templos, ni altares, ni sacerdotes como los religiosos paganos, se reunían en las casas, pero Dios mismo probó a estas comunidades mediante la persecución pudieron demostrar los signos del hombre nuevo que proclama el sermón de la montaña: "No opongáis resistencia al mal, si alguno ti pega en la mejilla derecha ofrécele también la izquierda, si alguno te denuncia a un tribunal para robarte la túnica dale también el manto, si alguno te roba lo que es tuyo, no se lo reclames, amad a vuestros enemigos, haced el bien a aquellos que os odian". Estos son los signos de Cristo crucificado: el amor "como yo os he amado", in este amor conocerán que sois mis discípulos; "sed perfectamente uno y el mundo creerá". Estas comunidades convirtieron al imperio romano; hoy, frente a la globalización, al ateismo y la apostasía de Europa, Juan Pablo II dice que es necesario volver al modelo primitivo. Pero para nosotros se trata de un solo punto de importancia: que se dé el hombre nuevo, el hombre celeste, en un itinerario de formación cristiana; aquel hombre del que San Pablo dice que lleva en su cuerpo el morir de Jesús, para que se vea en su cuerpo que Cristo está vivo, de forma que cuando el cristiano muere "el mundo recibe la vida". Con estos estatutos el Papa reconoce el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica válido para la sociedad y para los tiempos modernos y exhorta a los obispos y a sus presbíteros a que lo valoren y ayuden a esta obra para la nueva evangelización para que esta se realice según las líneas de los iniciadores. Con este Estatuto se concretan las líneas de los iniciadores como "una regla clara y segura" para los Obispos en su obra evangelizadora, en el mandato que han recibido de Cristo de evangelizar a todas las naciones. Durante estos años viendo el testimonio de tantos hermanos de estas comunidades, muchos paganos han querido acercarse a Cristo e han pedido el bautismo. Nosotros los hemos acogido en nuestras comunidades y los hemos acompañado durante cuatro años en su itinerario del OICA con frutos maravillosos. También esto está reconocido en estos estatutos que serán acogidos con gran alegría por tantos paganos que se están acercando a nuestras comunidades. Estamos puestos al servicio de los Obispos y de los párrocos sin formar ninguna estructura paralela. Sin duda este Estatuto es una novedad desde el punto de vista jurídico. Pero esperamos que sea acogido por los párrocos con alegría y por los Obispos y qye ayuden a disipar malosentendidos y prejuicios que a menudo se producen por la falta de conocimiento del Camino. Gracias a todos, también en nombre de Carmen y del Padre Mario. Rezad por mí que soy un pecador. Ad Maiorem Dei Gloriam (A la mayor gloria de Dios) 29 Junio 2002 Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo. |