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El arzobispo pide al
Camino Neocatecumenal que haga presente la doctrina social de la Iglesia en la sociedad![]() Miles de neocatecumenales acudieron a la llamada del arzobispo para celebrar los Estatutos Por L. Benavent Dos mil quinientas personas pertenecientes al Camino Neocatecumenal participaron el pasado domingo en una multitudinaria misa en la catedral de Valencia en acción de gracias por la reciente aprobación de sus estatutos por la Santa Sede, en respuesta a una iniciativa del arzobispo, monseñor García-Gasco. La idea surgió hace ahora cinco meses. Durante el Encuentro Mundial de la Juventud, en Toronto, el arzobispo de Valencia felicitó a Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, por la aprobación de sus estatutos y le propuso la celebración de una ceremonia de acción de gracias. El pasado domingo, a las cinco de la tarde ya podía verse a numerosas familias y jóvenes sentados en los bancos de la seo, reservando sitio para seguir la celebración. Esperaban la asistencia de muchos fieles y no se equivocaron. A las siete, una hora antes de comenzar, la catedral ya estaba completamente llena. No cabía ni una persona más, ante el asombro de los fieles que asistieron a la misa habitual de siete de la tarde que preguntaban por el acto que iba a realizarse. La espera fue larga para muchos. Numerosos autobuses habían venido de diversas poblaciones de la diócesis a primera hora de la tarde. Los jóvenes no lo dudaron. Tomaron sus guitarras y en la plaza de la Virgen, con sus cantos y bailes, esperaron hasta que se hizo la hora de comenzar. A pesar de que el mal tiempo disuadió a mucha gente de asistir a la celebración, unas ciento cincuenta personas tuvieron que seguir la misa en el exterior de la catedral, en la plaza de la Almoina, a través de una pantalla gigante, ante la imposibilidad de entrar ya en el templo. La eucaristía fue presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, y concelebrada por un centenar de sacerdotes. En un lugar destacado se encontraban el Vicario General, don Eduardo Margarit, el Provicario de Evangelización, don Juan Ramón Pinal, y el Vicario Delegado del Opus Dei, don Pablo Cabello. La solemnidad de la celebración fue acompañada por música de violines y guitarras. Los cantos fueron los característicos de las comunidades neocatecumenales. Espectacular fue el canto final del Te Deum entonado por miles de voces que hicieron retumbar y vibrar la catedral.
Nueva evangelización En su homilía, el arzobispo resaltó que el primer paso en el Camino Neocatecumenal es la aceptación del misterio de Jesucristo y de la Iglesia, un posicionamiento ante verdades como la trascendencia del hombre. En segundo lugar, subrayó la importancia de la entrega de la libertad a Jesucristo:"El Camino Neocatecumenal ayuda a entregarse y a confiar en Dios". Por último, monseñor García-Gasco destacó el cambio de vida que implica seguir el Camino:"El Camino lleva a la vida cristiana, a la evangelización y a dar testimonio de la doctrina social de la Iglesia en el mundo", por ello, las comunidades representan para las parroquias un interesante instrumento de evangelización.
Agradecimiento El sacerdote don Nicanor Martínez, responsable del Camino Neocatecumenal en Valencia, agradeció al arzobispo la iniciativa de esta celebración en la catedral. El presbítero indicó que "las comunidades neocatecumenales de Valencia queremos agradecerle públicamente el apoyo y la seguridad que nos ha prestado". Siete mil integrantes en nuestra diócesis En la actualidad, en la diócesis de Valencia hay más de siete mil integrantes del Camino Neocatecumenal, fundado en 1964 por el pintor madrileño Kiko Argüello. Popularmente se les llama "kikos" aunque muchos prefieren el nombre de "neocatecumenales". En la diócesis de Valencia en la actualidad hay 250 comunidades en más de 50 parroquias. En todo el mundo, está difundido en 105 naciones con más de 1.500 comunidades distribuidas en 800 diócesis y 5.000 parroquias. La Santa Sede aprobó el pasado mes de junio a través del Consejo Pontificio para los Laicos, el Estatuto del Camino Neocatecumenal, después de cinco años de estudio. El Estatuto aprobado provisionalmente por la Santa Sede "tiene el objetivo de regular la praxis del Camino Neocatecumenal y su integración armónica en el tejido eclesial, ofreciendo al mismo tiempo una ayuda a los pastores de la Iglesia en su paterno y vigilante acompañamiento de las comunidades neocatecumenales", concluía el comunicado del Pontificio Consejo para los Laicos. De este modo, el Camino se pone al servicio de los obispos diocesanos y de los párrocos como un itinerario de catequesis y conversión, un instrumento para la iniciación cristiana de los adultos que se preparan a recibir el Bautismo y una modalidad de educación permanente en la fe. |
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VIGILIA DE LA INAMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CONCATEDRAL ![]() El pasado día 7 del presente mes de diciembre, se celebró la Vigilia de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en la Concatedral de Castellón. La Eucaristía estuvo presidida por nuestro Sr. Obispo Mons. Juan Antonio Reig Pla, y con él concelebró el Cabildo, los Rectores de los Seminarios Diocesanos "Mater Dei", "Redemptoris Mater" de Castellón y "Stma. Trinidad y San Pedro" de Segorbe, además de otros muchos sacerdotes de la Diócesis. Participaron, también, algunos diáconos y los seminaristas de nuestros dos Seminarios Mayores. La Concatedral estaba a rebosar de fieles, representando a muchas de las Parroquias y realidades eclesiales de la Diócesis, gozosos todos por celebrar la Solemnidad de la Inmaculada y de unirse al Sr. Obispo en acción de gracias a Dios por tres significativos acontecimientos. En primer lugar, el Sr. Obispo quiso dar gracias a Dios por la proclamación del Año del Rosario por parte de S. S. el Papa Juan Pablo II, de modo que, antes de la homilía, se dio lectura al Decreto que acoge esta iniciativa en nuestra Diócesis. Mons. Juan Antonio Reig también dio gracias a Dios por el tercer aniversario de la erección canónica de nuestro Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero "Redemptoris Mater" que en la actualidad cuenta con 17 seminaristas de 8 nacionalidades distintas. Por último, el Sr. Obispo dio gracias a Dios por la aprobación, el pasado 29 de junio, solemnidad de los apóstoles San Pedro y San Pablo, de los Estatutos del Camino Neocatecumenal por parte de la Santa Sede. La magnífica homilía del Sr. Obispo, estuvo dedicada a analizar, a la luz de la Palabra de Dios, la situación de extrema secularización, descristianización y crisis de fe en la que vivimos, y a exponer el Magisterio del Concilio Vaticano II, del Catecismo de la Iglesia Católica y del Papa Juan Pablo II sobre la necesidad de una Nueva Evangelización volviendo a las raíces del cristianismo y restaurando un auténtico Catecumenado de Adultos como respuesta a esta crisis. Para terminar, D. Juan Antonio pidió a todos los párrocos de la Diócesis que soliciten la realización de las catequesis del Camino Neocatecumenal en las parroquias que les ha confiado. Al final de la Eucaristía se dio solemne lectura a la carta del Sr. Obispo que a continuación reproducimos y se canto un "Te Deum" en acción de gracias. Los párrocos que, acogiendo la solicitud del Sr. Obispo, deseen que se realicen las catequesis del Camino Neocatecumenal en sus parroquias o requieran más información al respecto pueden ponerse en contacto con el que suscribe llamando a los teléfonos: 964.20.36.37 ó 964.21.22.08. Rvdo. José Luis García Suller Delegado Diocesano AD PERPETUAM REI MEMORIAM A LOS PRESBÍTEROS, DIÁCONOS, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS Y FIELES LAICOS DE LA DIÓCESIS DE SEGORBE-CASTELLÓN «¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación!» 2 Co. 1, 3.En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. En la Santa Iglesia Concatedral de Santa María de la Asunción de la Ciudad de Castellón de la Plana y Diócesis de Segorbe-Castellón (España), bajo el Sumo Pontificado de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, a las cero horas del día ocho del mes de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, del Año de Gracia de Nuestro Señor de dos mil dos, Año del Rosario, Nos, el Excmo. y Rvdmo. Mons. Dr. D. Juan Antonio Reig Pla, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica Obispo de Segorbe-Castellón, venimos a declarar y DECLARAMOS: Que hemos recibido notificación oficial de la Santa Sede Apostólica, a través de la Conferencia Episcopal Española, de la aprobación de los Estatutos del Camino Neocatecumenal. Con "religioso asentimiento de voluntad y entendimiento" (Profesión Solemne de Fe Católica), acogemos en nuestra Diócesis estos Estatutos que son expresión de la misericordiosa providencia de Dios. Deseamos, en primer lugar, dar gracias a Dios y bendecir y glorificar su Santísimo Nombre por todas las gracias derramadas en la Iglesia Universal y en nuestra Diócesis a través del Camino Neocatecumenal, así como por los Estatutos ahora aprobados, los cuales constituyen una "clara y segura regla de vida" (Juan Pablo II. Carta a S. Emcia. Cardenal James F. Stafford, 5 abril 2001) siempre "en fidelidad a su proyecto originario" (Juan Pablo II. Discurso, 21 septiembre 2002). Así mismo, deseamos dar gracias a la Santísima Virgen María, inspiradora del Camino Neocatecumenal, la cual constantemente ha acompañado y protegido a este Camino, con solicitud maternal, junto con su esposo San José, los ángeles y todos los santos. Damos gracias, también, a S.S. el Papa Juan Pablo II, Vicario de Cristo en la Tierra, por haber discernido, acogido y ayudado con amor paternal, incluso en los momentos más difíciles, esta iniciativa del Espíritu Santo; y junto al Santo Padre agradecemos también su trabajo y dedicación al Pontificio Consejo para los Laicos y a los demás Dicasterios implicados. De igual modo, agradecemos especialísimamente a los iniciadores de este Camino, Kiko Argüello y Carmen Hernández, así como al padre Mario Pezzi, conscientes de su precariedad, pero siempre fieles al carisma del que son depositarios, a los equipos itinerantes, a los rectores y formadores de los seminarios "Redemptoris Mater", a los equipos de evangelización, a los equipos de catequistas, a los asesores y a todos los que de un modo u otro han intervenido, por lo mucho realizado a favor de la Santa Iglesia Católica en el Camino Neocatecumenal y, en concreto, por la aprobación de los Estatutos. Desde 1972, fecha de las primeras catequesis, en nuestra Diócesis, de esta "modalidad de realización diocesana de la iniciación cristiana" (Estatutos, art. 1 § 2), constatamos que este "itinerario de formación católica, valida para la sociedad y para los tiempos de hoy" (Juan Pablo II. Carta Ogniqualvolta, 30 agosto 1990) ha regalado muchísimos frutos a nuestra Diócesis: familias reconstruidas, matrimonios jóvenes abiertos generosamente a la vida, abundantes vocaciones al presbiterado y la vida religiosa, gran número de comunidades viviendo el amor y la unidad, y todo ello con un enorme espíritu evangelizador que ha dado como cosecha nuestro querido seminario "Redemptoris Mater", itinerantes, familias en misión y chicos y chicas en misión, todos anunciando, en la debilidad, pero asistidos por la gracia, a Cristo y Éste crucificado y resucitado para nuestra salvación. Así pues, para terminar, en comunión con el Santo Padre, exhorto a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y fieles laicos de nuestra Diócesis a que "valoricen y ayuden a esta obra para la nueva evangelización, para que se realice según las líneas propuestas por los iniciadores" (Juan Pablo II. Carta Ogniqualvolta, 30 agosto 1990). En concreto, mis queridos párrocos, sacerdotes y religiosos con cura pastoral, ateniéndonos a la recomendación del Concilio Vaticano II, cuando dice "restáurese el catecumenado de adultos" (Sacrosanctum Concilium, 64) y al Catecismo de la Iglesia Católica cuando afirma que "por su naturaleza misma, el bautismo de niños exige un catecumenado postbautismal" (n. 1231), os pido que solicitéis la realización de las catequesis de este Camino Neocatecumenal en las parroquias que os he confiado. Así lo quiero y, por las presentes, así os lo solicito. Y para que conste, la presente signo, firmo, rubrico y sello, y junto a mí, invito a que también lo hagan, como expresión de comunión fraterna a: Mons. Elías Sanz Igual, Vicario General, el Rvdo. José Carlos Beltrán Bachero, Vicario Episcopal de Evangelización, el padre Manuel García Ruiz, responsable del Equipo Itinerante del Camino Neocatecumenal en nuestra Diócesis, Ángel Rodríguez Vázquez, su esposa María Jesús Asensio Sanz y Carlos Pernudo, miembros del mismo Equipo Itinerante, el Rvdo. José Luis García Suller, presbítero del Equipo de Evangelización del Camino Neocatecumenal en la Diócesis, Vicente García Planelles y su esposa Marina Rabasa Martí, responsables del mismo equipo, así como el Rvdo. Eduardo Carlos Zapata González, Rector de nuestro Seminario Mayor Diocesano Internacional y Misionero "Redemptoris Mater". ¡LAUDETUR IESUS CHRISTUS!
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Los Estatutos del Camino
Neocatecumenal vistos por un canonista Observaciones del profesor Juan Ignacio Arrieta CIUDAD DEL VATICANO, 28 junio 2002 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el comentario que ha escrito el profesor Juan Ignacio Arrieta, Profesor de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Juez del Tribunal eclesiástico del Estado Ciudad del Vaticano, Referendario de la Signatura Apostólica, Consultor de varios Dicasterios de la Curia Romana, entre ellos del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, miembro del Directivo de la Asociación internacional de canonistas «Consociatio Internationalis Studio Iuris Canonici Promovendo». Con Decreto del Pontificio Consejo para los Laicos, el pasado día 29 de junio han sido aprobados los Estatutos del Camino Neocatecumenal. Se cierra así un interesante proceso de reflexión institucional sobre la realidad de la vida del Camino, llevada a cabo con el aliento y la bendición de su Santidad Juan Pablo II, que desde hace años ha venido urgiendo para que se completaran cuanto antes los trabajos y el Camino Neocatecumenal recibiera en el derecho de la Iglesia una expresión jurídica conforme con la realidad apostólica que representa. Como se recordará, fue el mismo Papa quien el pasado año, con carta del 5 de abril dirigida al Cardenal Stafford, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, confirió a ese dicasterio de la Curia Romana la misión de llevar a término el proceso de aprobación jurídica de los Estatutos del Camino, otorgándole para ello la necesaria competencia en relación con los demás dicasterios de la Curia interesados. La elaboración de los Estatutos del Camino se ha llevado a cabo, por tanto, en estrecho diálogo y colaboración entre ese dicasterio y los responsables del Camino, y por ello también el texto final se aprueba ahora con decreto de ese Pontificio Consejo, que ejercita así el mandato del Santo Padre. En aquella carta del pasado año, el Papa expresaba además su voluntad de que una vez aprobados estos Estatutos, y aunque no se trate en este caso de una asociación internacional de fieles, fuera el Pontificio Consejo para los Laicos el que, entre todos los organismos de la Santa Sede, continuara acompañando la actividad apostólica del Camino Neocatecumenal. El texto del documento aprobado «ad experimentum» por un periodo de cinco años --elemental prudencia que suele seguir la Curia Romana cuando se trata de dar configuración jurídica de cualquier institución--, muestra con claridad que la principal tarea realizada en estos años de elaboración estatutaria ha consistido en reflejar ordenadamente por escrito, con terminología jurídica y con la fidelidad más plena, la concreta experiencia de vida cristiana que supone el Camino Neocatecumenal, tal como ha venido tomando cuerpo desde los años sesenta en los cinco continentes. Estos Estatutos no son más que la expresión sintética de una realidad que ya es vida en la Iglesia, haciendo una vez más realidad el fenómeno, por demás inevitable en la Iglesia -y hasta necesario en muchas ocasiones-, de que la vida preceda al Derecho. Por eso, la aprobación de estos Estatutos por parte del Pontificio Consejo, que actúa a nombre del Papa, representa ante todo la confirmación de una praxis apostólica viva y ya consolidada a lo largo de estos años. Un programa de formación: no una asociación Los Estatutos del Camino Neocatecumenal que acaban de aprobarse son un texto de 35 artículos agrupados en seis títulos, más una disposición final relativa al proceso de revisión estatutaria. El articulado se centra fundamentalmente en señalar los contenidos centrales de la catequesis que se imparte en el Camino, la modalidad y los tiempos de transmitirlo, así como la organización de esa catequesis en los distintos niveles y las relaciones con la autoridad de la Iglesia en cada lugar. El cuerpo normativo está acompañado de más de un centenar de notas con referencias, sobre todo a textos de la Escritura, de los Padres o del Magisterio que en estos años han resultado fundamento donde construir concretos aspectos de esta experiencia de vida cristiana. De ahí que estas notas, en diálogo con el testo, resulten de singular importancia para interpretar adecuadamente el sentido de los artículos que pertenecen al cuerpo del Estatuto. En estos Estatutos, el Camino Neocatecumenal no viene considerado ni como asociación, ni como movimiento o tipo de agregación de personas que establecen entre ellas algún tipo de vínculo formal para alcanzar objetivos determinados en la Iglesia. Quien conoce el Camino sabe que nada de eso corresponde con la realidad de su experiencia apostólica; es más, quien esté debidamente informado comprende que, en este caso concreto, una opción canónica de tipo asociativo hubiera alterado elementos básicos del Camino, comprometiendo aspectos esenciales de su dinamismo apostólico. De ahí que, más que señalar una u otra figura jurídica ya tipificada en el derecho codificado de la Iglesia, estos Estatutos se imiten a presentar la expresión jurídica de la realidad vivida en el Camino, en el contexto, obviamente, de los postulados y exigencias propias de la estructura de la Iglesia y del ordenamiento canónico. Si nos preguntamos, por tanto, cuál es la forma jurídica concreta del Camino Neocatecumenal que resulta de estos Estatutos, tras una atenta lectura del documento, habría que responder con toda sencillez, que lo que contiene el texto ahora aprobado no es sino un «Camino Neocatecumenal». Es lo que señala el artículo primero de los Estatutos, usando una expresión, realmente definitoria, empleada por el Papa Juan Pablo II en una carta fechada el 30 de agosto de 1990, que fue también publicada en el «Acta Apostolicae Sedis» (82 [1990] 1515): «Reconozco el Camino Neocatecumenal -decía entonces el Papa, y reproduce ahora el artículo 1º- como un itinerario de formación católica, válido para la sociedad y para los tiempos actuales». En efecto, los presentes Estatutos constituyen una especie de directorio catequético en el que se describe un programa o, si se quiere, un itinerario de formación integral del cristiano, de naturaleza litúrgico-catequetico -porque hace hincapié, sobre todo, en una experiencia litúrgica personal y en una formación catequética encarnada en la vida del cristiano -, y contiene además todas las indicaciones fundamentales sobre cómo organizar, dirigir e impartir ese concreto programa formativo. Un programa de formación que se pone a disposición de cada obispo diocesano, que es la autoridad a la que, según el derecho canónico (can. 775 § 1 CIC), corresponde coordinar las iniciativas de catequesis en la respectiva diócesis. Al mismo tiempo, en garantía de autenticidad del programa y método de formación, y para mantener los necesarios contactos con la autoridad de la Iglesia en los distintos niveles, la guía y la coordinación de la actividad del Camino viene confiada por la Santa Sede a un Equipo Responsable internacional. Se comprenderá de lo dicho que el articulado de estos Estatutos no haya perseguido delinear elementos formales --nuevos derechos y deberes, que en realidad no existen-- para quienes siguen ese itinerario formativo, y que se centre, en cambio, en señalar pura y simplemente los contenidos que deben transmitirse y los modos de impartir esa formación. No se trata con ello de negar la evidencia de que también el Camino Neocatecumenal representa de hecho una agregación de personas: baste pensar en la constitución de las pequeñas comunidades a nivel parroquial que se mantienen sustancialmente estables a lo largo del tiempo. Lo que debe advertirse, sin embargo, es que ese fenómeno, en el caso del Camino, no es de tipo asociativo. Es lo mismo que sucede, por ejemplo, en estructuras formativas como una academia de idiomas o en una escuela de cualquier género. En tales realidades, ciertamente, se reproduce un sistema de relación estable entre los alumnos que siguen de año en año los cursos, sin que por eso venga a establecerse relaciones de relevancia jurídica entre ellos, por intensa que sea la relación humana entre los componentes del curso. Y por otro lado, en esa academia de idiomas, por ejemplo, habrá de seguirse un programa de enseñanza determinado, y quienes la impartan, los profesores y los directivos de la escuela, deberán atenerse una metodología claramente establecida, aceptando ciertamente las obligaciones que derivan de la posición de formación o de dirección que ocupan. De modo semejante, en el itinerario de formación que representa el Camino Neocatecumenal no se constituyen relaciones jurídicas nuevas, distintas de las que todo fiel cristiano tiene por pertenecer a la Iglesia. Por eso, en estos Estatutos no se encontrará un elenco de derechos y deberes de quienes se benefician de su actividad, y en cambio sí hay una indicación bastante precisa de las tareas que deben desempeñar los catequistas o quienes, con toda libertad, forman los equipos responsables a los distintos niveles. Como digo, todo ello es una estricta consecuencia de la naturaleza propia del Camino, que en absoluto responde a las características de una asociación. La estructura de los Estatutos Dicho esto, tratemos de describir en extrema síntesis el contenido de esos Estatutos ahora aprobados. El título primero lleva por título «Naturaleza y la actuación del Camino Neocatecumenal», y se compone de cuatro artículos que trazan los aspectos organizativos centrales del Camino, en sintonía con cuanto el Papa Juan Pablo II ha afirmado en todo momento acerca de la identidad de esta experiencia cristiana. El primer artículo indica que el Camino Neocatecumenal consiste en una serie de instrumentos o bienes espirituales -itinerario catequético, educación permanente, servicio de la catequesis, etc.- puestos al servicio de los Obispos como una modalidad para actuar en la diócesis la iniciación cristiana y la educación permanente en la fe, según las indicaciones del Magisterio de la Iglesia, en espíritu de comunión y servicio al Ordinario del lugar y a toda la Iglesia. Esta formación se actúa en las diócesis bajo la dirección del Obispo diocesano, y obviamente también con la guía del Equipo responsable internacional del Camino, que la Santa Sede ha indicado como garante ante la Iglesia de la identidad de esa formación. El título segundo, llamado «El Neocatecumenado o catecumenado postbautismal», con sus 16 artículos distribuidos en cuatro capítulos, constituye por así decirlo el eje central sobre el que se vertebra el Estatuto, y representa una sintética y puntual enucleación de los contenidos catequeticos, elementos formativos, y del ritmo temporal en que esa formación se transmite. En este título se describen los elementos fundamentales del neocatecumenado -destinatarios, actuación en las parroquias etc.-, el inicio del itinerario formativo, su desarrollo a través de la Palabra, la Liturgia y la Comunidad, y la descripción general de las tres distintas fases previstas a lo largo del tiempo en el itinerario de formación. Del grupo de artículos de este segundo título cabe mencionar la referencia a la «Iniciación y formación a la vocación sacerdotal», donde encontramos una alusión puntual a los seminarios diocesanos «Redemptoris Mater», útil para comprender sus rasgos esenciales y su relación con el Camino Neocatecumenal. Inicia el artículo 18 citando un pasaje del «Directorio general para la catequesis» (n. 86) en el que se recuerda que el Camino, como cualquier itinerario de catequesis constituye «un medio para suscitar vocaciones sacerdotales y de particular consagración a Dios en las diversas formas de vida religiosa y apostólica y para encender en el corazón de cada uno la especial vocación misionera». Ese es el preciso contexto apostólico donde surge la relación del Camino con los seminarios «Redemptoris Mater»: seminarios erigidos por voluntad de los respectivos Obispos diocesanos interesados, de acuerdo con los responsables del Camino, y según normas aprobadas por el respectivo Obispo diocesano conforme a la vigente Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis. Se trata, por consiguiente, de seminarios diocesanos para la formación de candidatos al sacerdocio, que se incardinarán luego en servicio de la respectiva diócesis, cuya sola peculiaridad radica en el hecho de que la participación al Camino Neocatecumenal constituye un elemento específico del «iter» formativo que en ellos se imparte. Es obvio entonces que tales seminarios deben quedar al margen de los presentes Estatutos, y que les sean de aplicación, en todo, las normas universales de la Iglesia sobre la formación de los candidatos al sacerdocio y sobre la incardinación de los clérigos seculares. El tercer título del Estatuto considera la colaboración en la renovación de la vida de la parroquia prestada por las comunidades que han terminado ya el itinerario que propone el Camino, y que entran entonces en un proceso de educación permanente de la fe. El título cuarto se dedica al caso particular del catecumenado bautismal, a la especial atención que requieren los catecúmenos y los neófitos. Los títulos quinto y sexto de los Estatutos vuelven a centrarse en aspectos organizativos y en el modo de impartir la catequesis. Bajo el nombre de «Modalidad de servicio de la catequesis», el quinto capítulo trata principalmente de los sujetos llamados a intervenir en las diócesis en el seguimiento de la actividad del Camino. Se trata, en primer lugar, del Obispo diocesano, a quien compete autorizar la actuación del Camino en la diócesis, vigilar para que se desarrolle conforme las exigencias del Derecho, presidir los ritos de particular relieve, procurar la continuidad pastoral en las parroquias, etc. El texto se ocupa después del cometido que desempeñan los párrocos y los presbíteros que ejercen la cura pastoral de quienes siguen el itinerario neocatecumenal, que no son, de ordinario, sacerdotes formados en seminarios «Redemptoris Mater». Luego pasa el texto a hablar de los catequistas y de su formación, de los itinerantes -catequistas y presbíteros- que se ofrecen en respuesta a la llamada de diócesis lejanas, y de las familias en misión que, a petición de los Obispos, se establecen en zonas descristianizadas o allí donde sea necesario realizar la «implantatio Ecclesiae». En fin, el título sexto contiene dos artículos relativos a la composición actual del denominado «Equipo responsable internacional del Camino», y a la sustitución futura de sus componentes mediante elección. Como se sabe, en la actualidad el Equipo responsable está integrado por los iniciadores del camino -Kiko Arguello y Carmen Hernández- y por don Mario Pezzi, sacerdote del clero diocesano de Roma. La norma prevé que, en un futuro, tras la desaparición de los iniciadores, un colegio de varias decenas de personas, procedan a la elección de quienes, tras la confirmación de la Santa Sede, habrán de asumir esas funciones por periodos de siete años. Hay también una norma -el artículo 4- que contempla la dimensión económica de esta actividad apostólica. En él se sienta el principio general de que el Camino Neocatecumenal no dispone de patrimonio proprio, y que se actúa en las diócesis mediante servicios prestados a título gratuito, haciendo frente a las limitadas necesidades que surjan mediante colectas espontáneas. La sola excepción a esta regla surge ante la eventualidad de sostener iniciativas apostólicas de mayor entidad, para lo cual, el Obispo diocesano más directamente interesado, a petición del Equipo responsable internacional, habrá de valorar la oportunidad de erigir una fundación autónoma diocesana, con personalidad jurídica y propios estatutos, que haga frente a dichas necesidades. Esta podría ser una síntesis del contenido de los Estatutos que acaban de ser aprobados con decreto del Pontificio Consejo para los laicos. Decreto y Estatutos son, por tanto, los dos documentos ahora publicados. Resulta evidente que, como predecía el Papa en la carta al cardenal Stafford varias veces mencionada, la conclusión de estos Estatutos establezca una clara y segura regla de vida para el Camino Neocatecumenal, constituyendo para el Camino, y para los fieles cristianos en general, un momento que se vive con gran alegría y vivo agradecimiento a Dios y a la Iglesia. Este texto constituye «nuevo punto de partida -concluía el Papa aludiendo al n. 30 de la exhortación apostólica «Christifidelis laici»-, que es signo visible de una identidad eclesial madura». |
COMUNICATO DEL PONTIFICIO CONSIGLIO PER I LAICI: APPROVAZIONE DELLO STATUTO DEL CAMMINO NEOCATECUMENALE (VENERDÌ 28 GIUGNO 2002) , 26.06.2002
COMUNICATO DEL PONTIFICIO CONSIGLIO PER I LAICI: APPROVAZIONE DELLO STATUTO
DEL CAMMINO NEOCATECUMENALE (VENERDÌ 28 GIUGNO 2002)
Venerdì 28 giugno 2002, alle ore 11.00, nell'aula magna del Pontificio Consiglio per i Laici avrà luogo la consegna del decreto di approvazione dello Statuto del Cammino Neocatecumenale all'équipe responsabile internazionale del medesimo, composta dal Sig. Francisco (Kiko) Argüello, la Sig.na Carmen Hernández e il presbitero don Mario Pezzi. L'atto sarà presieduto da Sua Eminenza il Cardinale James Francis Stafford, Presidente del Pontificio Consiglio per i Laici. Vi prenderanno anche parte S.E. Mons. Stanislaw Rylko e il Prof. Avv. Guzmán Carriquiry, rispettivamente Segretario e Sotto-Segretario del dicastero. Saranno anche presenti a questa cerimonia una quarantina di catechisti del Cammino provenienti da diversi paesi del mondo.
Si tratta certamente di un evento di notevole portata ecclesiale, in quanto il Cammino Neocatecumenale, sorto in Spagna nel 1964, è ormai diffuso in più di cento paesi del mondo, alcuni dei quali in territori di missione. Nel solco del rinnovamento suscitato dal Concilio Vaticano II, il Cammino si pone al servizio dei Vescovi diocesani e dei parroci come una modalità di riscoperta del sacramento del Battesimo e di educazione permanente nella fede, proposta ai fedeli che desiderano ravvivare nella loro vita la ricchezza dell'iniziazione cristiana, percorrendo questo itinerario di catechesi e di conversione. Il Cammino Neocatecumenale è inoltre uno strumento per l'iniziazione cristiana degli adulti che si preparano a ricevere il Battesimo.
Nell'udienza concessa dal Santo Padre il 24 gennaio 1997, agli iniziatori del Cammino, accompagnati da un numeroso gruppo di catechisti, laici e sacerdoti, rientrati da un raduno tenuto sul Monte Sinai, Giovanni Paolo II ebbe a dire che la stesura dello Statuto per il Cammino "è un passo molto importante che apre la strada verso il suo formale riconoscimento giuridico, da parte della Chiesa, dando a voi una ulteriore garanzia dell'autenticità del vostro carisma", incoraggiandoli a portare avanti questo lavoro sotto la guida del Pontificio Consiglio per i Laici.
Il 5 aprile 2001, con lettera indirizzata a Sua Eminenza il Cardinale James Francis Stafford, Presidente dei Pontificio Consiglio per i Laici, il Sommo Pontefice, mentre ribadiva la suddetta esigenza, riconfermava la competenza del dicastero nell'approvazione dello Statuto del Cammino Neocatecumenale e al contempo affidava alla sua sollecitudine laccompagnamento futuro del medesimo.
Gli iniziatori del Cammino, insieme ai loro collaboratori, si sono instancabilmente impegnati con il Pontificio Consiglio per i Laici, affinché potesse essere conseguito lo scopo indicato dal Santo Padre. Durante questi cinque anni, il Pontificio Consiglio per i Laici ha sempre operato in stretta collaborazione con gli altri dicasteri della Curia Romana direttamente interessati alla questione, in ragione e nell'ambito delle rispettive competenze.
Numerosi sono stati, inoltre, i contatti con singoli Presuli, nonché Conferenze Episcopali di tutto il mondo, per la valutazione dell'esperienza del Cammino a livello parrocchiale, diocesano e nazionale, mentre numerosi Patriarchi, Cardinali e Vescovi del mondo intero hanno scritto al Santo Padre per incoraggiare l'esame e l'approvazione dello Statuto.
Questo processo di stesura e di esame dello Statuto è stato un tempo di discernimento della proposta e dell'esperienza del Cammino Neocatecumenale da parte della Santa Sede. La normativa che viene ora approvata ha l'obiettivo di regolamentare la prassi del Cammino Neocatecumenale e il suo armonico inserimento nel tessuto ecclesiale, offrendo anche un aiuto a tutti i Pastori della Chiesa nel loro paterno e vigile accompagnamento delle comunità neocatecumenali. Con l'approvazione dello Statuto si apre una nuova tappa nella vita del Cammino, in cui il Pontificio Consiglio per i Laici non mancherà di accompagnarlo con altrettanta sollecitudine nel futuro, come si è adoperato fino adesso.
[01060-01.02] [Testo originale: Italiano]
Próxima
aprobación de los estatutos del Camino Neocatecumenal
Revelaciones de su iniciador, Kiko Argüello
MADRID, 7 diciembre 2001 (zenit).- Los estatutos del Camino
Neocatecumenal deberían ser aprobados próximamente por la Santa Sede, revela en su
última edición Alfa y Omega
El semanario de la arquidiócesis de Madrid informa que durante el anuncio de Adviento,
pronunciado por el iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, explicó: «El
Papa Juan Pablo II, durante la reciente visita "ad limina" de los obispos de
Nicaragua a Roma les preguntó directamente: "¿Cómo están ustedes con el Camino
Neocatecumenal?"».
Después de que los diferentes prelados dieran su impresión, el Papa les dijo, según
explicó Argüello: «Los Estatutos del Camino Neocatecumenal están a punto de ser
aprobados y firmados; ustedes deben apoyar y ayudar al desarrollo de estas comunidades que
son una de las fuerzas más grandes que tiene la Iglesia y que tanto bien están haciendo
en todo el mundo».
Con la aprobación de los estatutos, el Camino quedaría enmarcado de manera jurídica en
el seno de la Iglesia. Constituye una de las realidades católicas con mayor crecimiento
en estos momentos.
El Camino Neocatecumenal surgió a mediados de los años sesenta en uno de los barrios
más pobres de Madrid a donde se había ido a vivir el joven pintor Kiko Argüello
llevando únicamente consigo una Biblia y una guitarra.
Según explica Argüello, el Camino no es un grupo espontáneo, ni una asociación, no es
un movimiento de espiritualidad, ni un grupo selecto dentro de la parroquia. Es un camino
vivido en régimen de pequeñas comunidades formado por personas de edad, condición
social, mentalidad y cultura diferentes, que dentro de la actual estructura de la
parroquia y en comunión con el obispo, reviven en plenitud su bautismo.
Hoy día está difundido en más de 105 naciones en los cinco continentes, con más de
1.500 comunidades esparcidas por 800 diócesis y 5 mil parroquias. Ha abierto unos 40
seminarios diocesanos en todo el mundo. Muchas chicas jóvenes ha descubierto la vocación
religiosa gracias al Camino.
EL PAPA INDICA LA SENDA PARA LA APROBACIÓN DEL CAMINO NEOCATECUMENAL
PRESENTA EL RECONOCIMIENTO DE UNOS ESTATUTOS COMO
"requisito indispensable"
Cidudad del vaticano, 23 abril 2001
Juan Pablo II ha tomado papel y pluma para explicar que el reconocimiento oficial y jurídico de la Iglesia católica del Camino Neocatecumenal dependerá de la aprobación de unos estatutos. Esta aprobación, añade, es competencia específica del Consejo Pontificio para los Laicos. En una carta enviada al presidente de ese organismo vaticano, el cardenal estadounidense James Francis Stafford, con fecha del 5 de abril, el Papa destaca los frutos «preciosos» aportados en treinta años de existencia y subraya la importancia de llevar a cabo «algunos requisitos ineludibles, de los cuales depende la existencia misma del Camino». En particular, subraya precisamente «la redacción de una precisa normativa estatutaria en vista de su reconocimiento jurídico formal». Los iniciadores del Camino comenzaron en 1997, en el Sinaí, la tarea de la redacción de los estatutos. Constituye una ardua empresa. Kiko Argüello, exponente típico del método socrático, basado en la palabra viva, quiere evitar el peligro de que el papel y las fórmulas jurídicas puedan «congelar» el frescor de espíritu que ha animado el nacimiento y la andadura del Camino. El Camino Neocatecumenal comenzó cuando un joven español, Kiko Argüello, después de pasar por el ateísmo y sufrir una crisis existencial, decidió cambiar de rumbo, y abrazar con enorme fuerza la experiencia cristiana. En 1964, dejó todo para vivir entre los más pobres, en las barracas de Palomeras Altas, en la periferia de Madrid. En contacto con los pobres, el Señor le lleva a descubrir una síntesis teológica catequética y formará con ellos, por obra del Espíritu Santo, una comunidad que vive celebrando la Palabra de Dios y la Eucaristía. Descubre así el trípode en el que se basa la vida cristiana: Palabra, Liturgia y Comunidad. Un carisma en el que se reconocen en estos momentos un millón de católicos, repartidos entre cien naciones. En su carta, Juan Pablo II explica: «Ya en la exhortación apostólica "Christefidelis laici" subrayaba que "ningún carisma dispensa de la relación y sumisión a los pastores de la Iglesia" y citaba cuanto está escrito al respecto en la Constitución dogmática "Lumen gentium": "El juicio acerca de su autenticidad (de los carismas) y la regulación de su ejercicio pertenece a los que dirigen la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espíritu sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno"». El Santo Padre insiste en que el reconocimiento y la acogida de los carismas «no es un proceso fácil», que requiere «un discernimiento profundo de la voluntad de Dios y debe ser acompañado constantemente de la oración». El culmen de este proceso es «el acto oficial del reconocimiento y la aprobación de los estatutos, como regla de vida clara y segura», puntualiza. La carta responde también implícitamente a los obispos que han preguntado a la Santa Sede cuál será la colocación jurídica del Camino Neocatecumenal. En la misiva deja claro que será el Consejo Pontificio para los Laicos el responsable de la aprobación eclesial del Camino y el encargado de darle seguimiento en el futuro. Juan Pablo II concluye revelando que ha tomado esta decisión no sólo «por la autoridad que le compete» al Consejo de los Laicos, sino también «por la singular experiencia que posee en esta materia». «En esto se basa la esperanza de un feliz resultado del procedimiento, que entra ya en su fase conclusiva» |